En estos días de confinamientos excesivos del estado alarmante, tanto por su contendido como por su duración, limitativo de derechos y libertades individuales, reconforta releer la Declaración de Independencia (04-07-1776) de EE. UU. de América, que entre otras cosas, recoge el siguiente párrafo de contenido extraordinario: “Sostenemos por evidentes, por sí mismas, estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; entre los cuales están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados”.
En estos días oscuros, un Gobierno prepotente mantiene secuestradas todas las libertades individuales esenciales en cualquier estado de derecho, en base a un concepto colectivo de poder popular, que muchos no compartimos, ya que la libertad individual es el valor constitutivo de la persona en cuanto tal, fundamento de sus deberes y derechos, conforme al cual, cada uno de nosotros podemos decidir autónomamente sobre las cuestiones esenciales de nuestras vidas, siendo responsables ante los demás de las consecuencias de nuestras decisiones y de los resultados de nuestras acciones.
Decía el otro día, que sentía que la libertad empezaba a estar en peligro y, además, cada día un poco más, pero parece que me equivocaba, porque es mucho peor, ya que lo que se avecina en todos los sentidos es sencillamente preocupante.
Hay que recordar, una y otra vez, para que no se olvide, que precisamente, con fecha de 19-04-20, el Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, en rueda de prensa del Comité de Técnicos de la pandemia del coronavirus en el Palacio de la Moncloa, dijo algo gravísimo para nuestras libertades individuales, concretamente: << Que el Instituto Armado está controlando y monitorizando las críticas que se están haciendo en redes sociales a la gestión que hace el Gobierno de la pandemia >>. Asegurando, << que la labor de defensa del Ejecutivo es una de las dos líneas de trabajo de la Jefatura de Información de la Guardia Civil. La otra línea, ha dicho es evitar el estrés social que persiguen todos estos bulos >>.
La libertad de información, en sus dos vertientes de los derechos a recibir información veraz y a criticar a los poderes públicos (art. 20 C. E.), es esencial para garantizar una sociedad democrática y no admite cortapisas, ni siquiera con un estado de alarma en vigor. Imponer el silencio informativo y de libertad de crítica por medio de la intervención de la Guardia Civil, deja indefensos a los ciudadanos ante la persecución de la crítica a la actuación del Gobierno, y, es lo cierto, qué no hay peor virus, se quiera reconocer o no por el Gobierno, que la censura, derivada de una vigilancia de las fuerzas de seguridad del estado, contra los ciudadanos españoles que lleven a cabo cualquier crítica que se realice al Gobierno.
Desgraciadamente, las declaraciones del responsable de la Guardia Civil no son un hecho aislado, sirva ejemplos de lo dicho, los siguientes casos:
** La encuesta del CIS del Sr. Tezanos con preguntas capciosas de contenido atentatorio a la libertad de expresión.
** La entrada por la puerta de atrás del Sr. Iglesias en el CNI, aprovechando una norma que nada tenía que ver con el asunto.
** La homilía a bocajarro, muy preocupante, que lanzó el Presidente del Gobierno, prorrogando el estado de alarma hasta el 10 de mayo, razón por la que, dado el modelo de aplicación del estado de alarma, que se está llevando a cabo con eliminación de derechos y libertades básicas de todos los españoles; la verdad es, que era para sentir una profunda inquietud, al ver que el Presidente realizaba una declaración altanera del ejercicio de un poder.
** La crítica incontrolada y completamente fuera de lugar del Sr. Iglesias, contra el Tribunal que por sentencia condenó a una diputada regional de Podemos (además, juzgada con privilegios), pero más aún, llama la atención que los tres ministros jueces del Gobierno -pertenecientes a la carrera judicial- hayan permanecido en la mudez más escandalosa ante las palabras del Vicepresidente del Gobierno contra la independencia del poder judicial, declaración crítica del Sr. Iglesias que incluso ha recibido una queja del C. G. P. J., aunque el Gobierno ha distinguido en el Sr. Iglesias su doble personalidad, como Vicepresidente del Gobierno y su puesto como Secretario de Unidas Podemos en su cerrada defensa.
Por otro lado, señalar, el Gobierno ha puesto en peligro nuestra libertad económica con la aprobación de normas, que limitan si no eliminan la libertad de empresa, de manera que se está destruyendo todo nuestro tejido productivo, a la vez que ha disparado el gasto público, con un crecimiento esperado de la deuda (120% PIB) y del déficit (mínimo 12% PIB) públicos a cotas irrecuperables, desapareciendo miles de empleos y previéndose un aumento del paro de forma descontrolada (tasa superior al 23%).
¿De dónde saldrá el dinero? ¿solo impuestos y a quién?
El Gobierno va comiéndose todas nuestras libertades individuales y controlando nuestros derechos, de forma, que todo parece que forma parte de un plan liberticida para destruir nuestra humanidad libre y limitar día a día nuestros derechos y libertades con base en un concepto colectivo de poder popular, y, además, de manera unilateral, sin consultar a nadie, en un alarde de autoritarismo.
N. B. El Gobierno no puede seguir con su política limitativa de derechos y libertades individuales de todo tipo, y, si el Gobierno sigue su camino de poder popular colectivo; de forma, que ante la inacción de los partidos de la oposición, los ciudadanos en masa debemos solicitar su control judicial (tribunales ordinarios, Tribunal Constitucional y tribunales de justicia de la UE) y, si no es posible, acudir a cualquier otro medio legal, contra los continuos excesos y despropósitos legales del mismo, que pervierte la ley para conseguir sus fines limitativos de derechos, partiendo de la base cierta de que nuestra libertad individual (política y económica) es un derecho inderogable e irrenunciable, y, que siempre, es preferible morir en libertad, que vivir sin derechos y libertades. Finalmente, como dijo en su poema Martin Niemöller, acerca de las consecuencias de no ofrecer resistencia a las tiranías: “Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar”.
Córdoba, a 27 de abril de 2020
Fdo. Enrique García Montoya
Abogado ICA-Córdoba, Inspector de Trabajo y S. S.