Ha llegado el momento de levantar el confinamiento y devolver a los españoles sus derechos y libertades (entiendo, que es innecesario para ello, por sabido por todos, citar el art. 116 de la C. E., ni el art. 55, 1. de la misma), pues el estado de alarma no puede seguir limitando a los españoles sus derechos fundamentales consagrados en la Constitución, de forma que reclamo, que se nos devuelvan los derechos a la libertad en todas sus manifestaciones (el derecho a una información veraz, el derecho a la libre empresa, el derecho al trabajo y, en resumen todos los derechos constitucionales establecidos en el Título I de nuestra Carta Magna), habiendo llegado el momento -de que si el Gobierno no nos devuelve ya nuestros derechos-, de acudir al art. 53 de la Constitución, y, debiendo toda la sociedad civil en bloque acudir a los Tribunales ordinarios (por un procedimiento basado en los principios de preferencia y sumariedad) y, en su caso, a través del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.
La recesión, según el Banco de España, llevará a una caída del 13,4% del PIB español y nos daremos un golpe económico devastador, además, bajo un silencio atronador por parte del Gobierno. Es una realidad, que la gran recesión se ha apoderado de España, miles de empresas están ya quebradas y/o paralizadas, el paro puede superar la tasa del 23%, la deuda será insostenible y tendremos un déficit incalculable, de manera que, si no reaccionamos con fuerza, no podremos iniciar la recuperación como está ocurriendo ya en otros países de la UE.
En esta situación, resulta sorprendente, que el Gobierno se resista a ofrecer cifras y previsiones sobre la situación económica, cuando existe un recuento oficial permanente de infectados y muertos, lo que contrasta con el absoluto silencio oficial que existe en torno a la recesión. El Gobierno, como en casi todo, está grogui, paralizado e inane, y, su máxima responsable, la Vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño permanece en la mudez y se niega a realizar estimaciones sobre el desplome de nuestra economía y a plantear planes de recuperación.
Hay que empezar, a planificar y reiniciar nuestra economía con transparencia plena y con la participación de todos, de manera que el Gobierno no puede seguir sonámbulo en la inacción permanente, hace falta diálogo permanente con todos y para todo, sobre todo con aquellos que saben. No podemos seguir, en manos de un mando único filosófico aparcado en el desconocimiento económico y atrancado en la inoperancia de su propia incapacidad.
Es una realidad, que en España sufrimos un confinamiento demasiado estricto y de una duración peligrosísima. El país ha estado y sigue, prácticamente, parado, de forma, que aproximadamente, el 80% de las empresas ha visto reducida su actividad, una mitad ha decidido paralizar sus planes en todos los sentidos y muchas han optado por cerrar, simplemente, están quebradas.
Por lo dicho, veamos algunos puntos, que nos darán información sobre nuestra realidad económica, así:
Déficit.
España cerró 2019 con un déficit público del 2,8% del PIB. La agencia estadística europea, Eurostat, en su informe ha señalado, que el diferencial entre ingresos y gastos fue negativo en 35.195 millones de euros, de forma, que esta cifra de déficit supone unos 2.300 millones más de lo que había anunciado el gobierno. Por otro lado, el tamaño del Estado entre 2018 y 2019 ha vuelto a producir un aumento progresivo del peso mismo, que en 2019 alcanzó el 41,9% del PIB, calculándose. que el déficit llegará al 12% del PIB en 2020.
Deuda.
La deuda, en cifras absolutas, ha registrado un aumento hasta los 1.188.862 millones de euros con los que cerró 2019, de manera, que el peso de la deuda con respecto al PIB supone, realmente, se quiera ver o no, el 100% del PIB, puesto que existen conceptos que no se computan en su cálculo oficial.
Por otro lado, la deuda pública, por su parte, se situará, como mínimo, en el 120% del PIB en los próximos años, lo que supondrá unos 300.000 millones de euros adicionales, por la sencilla razón, además, de que el Gobierno no podrá acudir a nuevas subidas de impuestos, salvo, que se quiera suicidar y destruir el sistema económico en España.
Paro.
Es un hecho cierto, que el tremendo descenso de la actividad económica tendrá consecuencias perversas y cuantiosas sobre el mercado de trabajo, de forma, que la tasa de paro podría llegará al 23% a cierre de 2020, y, lo que venga años después es algo ignoto.
Además, no se debe olvidar, que partimos de una realidad durísima, así: EPA 4T – 2019 – Habitantes: 47.100.396 – — Hombres:23.089.390 – Mujeres: 24.011.006 – Tasa de paro: 13,78% – Tasa de actividad: 58,74% – Ocupados: 19.066.9. miles – y – Parados: 3.191.9. miles -.
Por todo ello, la crisis económica en el empleo tendrá unas consecuencias desastrosas, si no iniciamos un desconfinamiento rápido, flexible y continuo. El confinamiento hay que levantarlo ya por zonas y sectores, paulatinamente, ya que la prolongación de restricciones tan duras supondrá la quiebra del País.
N.B. El confinamiento en España debe terminar ya y ahora, pues nuestros derechos y libertades básicas así lo exigen, a la vez, que nuestra economía no podemos dejarla morir, razón por la que hay que iniciar la recuperación de nuestro tejido productivo, empezando por los sectores más esenciales para nuestra economía y por zonas, con la finalidad, además, de crear empleo cuanto antes y frenar el paro antes de que nos ahogue.
Por cierto, es una realidad, qué sin la participación de todos y sin transparencia e información veraz, como consagra el art. 20 de nuestra Constitución, nada será posible ni deseable.
Córdoba, a 23 de abril de 2020
Fdo. Enrique García Montoya
Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.