Siguiendo con el tema de la corrupción, quiero destacar, que la web de Inspectores de Hacienda recoge un documento bajo el título: “EL GRAVE PROBLEMA DE LA CORRUPCIÓN EN ESPAÑA” (Congreso XXIV de IHE celebrado los días 16 y 17 de octubre en Bilbao), que resulta muy interesante en cuanto a la corrupción por sus diversas medidas y propuestas, así como, sus causas, que en parte comparto en su mayoría, pero que en otros puntos difiero de su contenido, aunque sí quiero destacar dos puntos: su introducción (que no tiene desperdicio) y una de sus causas, la sensación de impunidad. De todas forma, recomiendo su lectura íntegra en la web citada.
** Introducción:
Resulta escandaloso que a diario nos levantemos con el anuncio de nuevos casos de corrupción, ya sean relacionados con personas físicas, jurídicas o con instituciones, sin que las distintas partes responsables de atajar esta lacra -Administración Pública Estatal, Autonómica, Local y Partidos Políticos- hayan tomado las medidas para erradicar la situación.
Ello debe ser considerado un problema fundamental en el desarrollo de un Estado de Derecho.
Esta situación ha sido reiteradamente advertida por la Organización de Inspectores de Hacienda (IHE) desde el año 2005, que ha solicitado públicamente la adopción de medidas anticorrupción referidas a los ámbitos fiscal, administrativo, institucional, mercantil y penal. Los ciudadanos perciben este estado de corrupción como uno de los principales problemas de nuestro país.
La corrupción política se puede definir, en un sentido amplio, como el mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente de forma secreta y privada. El término opuesto a corrupción política es transparencia. Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado, y las llamadas medidas de transparencia suponen uno de los pilares básicos de la lucha contra la corrupción.
En el análisis de la lucha contra la corrupción se perciben tres problemas fundamentales pero para los que hay soluciones. El primero de ellos es que los casos que se descubren se deben a meras casualidades o denuncias, por lo que cabe preguntarse por el motivo de que no sean los órganos de control del Estado quienes descubran estos casos, y si existen medidas para cambiar la situación. Las medidas para solucionar el primer problema mencionado deben consistir en un reforzamiento de los órganos de control y supervisión que suponga una ampliación de sus facultadles legales de investigación, de sus medios y de su independencia.
Los organismos internacionales han obligado a modificar la legislación española sobre prevención de blanqueo de capitales, y ahora se establece que hay que vigilar a los políticos españoles y a sus allegados. Hagámoslo de verdad, y que lo reflejado en la norma no se quede en una mera declaración de intenciones.
El segundo problema se presenta cuando, una vez descubiertos, las condenas que se producen no suponen el ingreso en prisión, salvo algún caso excepcional. Incluso en el caso de una condena es posible que llegue después el indulto del Gobierno, o si hay también delito fiscal, el caso se solucione con el pago de lo que se defraudó más una pequeña multa, pero sin ingreso en prisión. Cosas como estas se solucionan con medidas legales, como el agravamiento de las penas, el cambio del régimen de aforamiento, la imposibilidad de que un imputado siga desempeñando cargos públicos, las penas agravadas para los testaferros, y otras posibles.
El tercer, y último problema, es que el dinero procedente de la actividad delictiva suele estar siempre a buen recaudo en los paraísos fiscales, a la espera de que tarde o temprano llegue una amnistía fiscal. Incluso puede suceder que el dinero se sienta tan seguro en esos territorios que se desprecie acogerse a una amnistía, como ha ocurrido con la última aprobada en el año 2012. A pesar de lo que manifiestan algunos, existen medidas contra la utilización de los paraísos fiscales.
Así pues, la corrupción no se puede combatir solamente con medidas judiciales y penales, sino que tienen una importancia especial las medidas de carácter preventivo que deben ser llevadas a cabo por los órganos de control y fiscalización del Estado. A la vista de la situación actual, los resultados se pueden calificar como de estrepitoso fracaso. Quizá por falta de medios, o de competencias para actuar, pero ciertamente no están sirviendo para evitar, frenar, ni prevenir la oleada de corrupción que sufre España desde hace muchos años”.
** Sensación de impunidad.
“Que la corrupción en España es un grave problema se sabe desde hace muchos años, y el hecho de que no se hayan adoptado medidas eficaces para combatirla ha provocado una sensación de impunidad que se convierte automáticamente en un efecto llamada.
Al corrupto le resulta difícil resistirse a la tentación de situar unos millones de euros en paraísos fiscales, ante la casi certeza de su impunidad, porque es difícil que se descubra su conducta, y, si ocurriera, hay muchas probabilidades de que la única pena que tenga que sufrir es la llamada “pena del telediario”. Pero, a cambio, el corrupto tiene solucionada su vida, la de toda tu familia y la de las generaciones futuras, con los millones de euros situados en los paraísos fiscales”.
(N. B. Finalmente, como decía ayer, los técnicos e inspectores de hacienda trabajarán sin duda para eliminar la corrupción, solo hace falta que les dejen y les faciliten los medios necesarios para realizar su labor, que solo puede y debe tener una limitación nuestra Constitución y nuestros derechos fundamentales).
Córdoba, a 10 de noviembre de 2014
Fdo. Enrique García Montoya.
Abogado. Inspector de Trabajo y S. S.