En estos días de vacunación escasa, representantes de la sociedad española, sobre todo, algunos de los que ejercen liderazgo en la misma, de cualquier clase, se están retratando, colándose sin pudor en una vacunación privilegiada, que de ninguna forma les toca, y, además, esos supuestos líderes sociales y políticos ni siquiera muestran arrepentimiento, presentando excusas y explicaciones vergonzosas de su comportamiento incalificable y lleno de cinismo cainita, que pone al descubierto su desprecio a los españoles, así:
** El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, se vacunó colándose en una residencia de curas ancianos.
El Sr. Obispo dice, que se vacunó, -porque quería dar ejemplo-, aunque, es un hecho notorio y manifiesto, que no vive en la residencia; que lo hizo como un acto de bondad hacia los demás, para dar ejemplo; asegurando en sus declaraciones, que -yo no me apunté en la lista, me apuntaron a mí-, y, afirmando, con absoluto desparpajo independentista, -no entender por qué se ha desatado tanta polémica-.
En resumen, dejó las reliquias y se coló poniéndose la vacuna. Un ejemplo de solidaridad, sacrificio y entrega a los necesitados.
** El Jemad, Miguel Ángel Villarroya (que adelantó su vacunación junto a otros altos mandos militares) explica, que ha presentado su dimisión para no perjudicar la imagen de las Fuerzas Armadas y que lo ha hecho -con la conciencia tranquila-, destacando, en su carta, que en sus 45 años de carrera militar siempre ha procurado servir a España, cosa que, sin duda, ha denostado con su vacunación indebida y haciendo una defensa cerrada de su honradez.
La explicación defensiva del Sr. General Jemad sorprende por su desmesura, envolviéndose en la manta protectora de las fuerzas armadas y sus años de servicio, como si eso justificara cualquier dislate, como el cometido al vacunarse cuando no le tocaba.
** Políticos de todo signo, se han colado en la vacunación, saltándose cualquier control y con excusas explicativas sin ningún pudor, inaceptables y de vergüenza ajena, son noticias, que cada día que pasa crecen más y más.
*** Los saltos al vacío del egoísmo descritos entre muchos, no solo demuestran falta de ética, son, también, un ejemplo del escaso respeto a la Ley de muchos, que dicen, ser servidores de lo público, de los humildes y de los más necesitados.
La razón está, además, de la absoluta falta de sentimientos, porque se saben (o consideran) impunes, y, no tienen empacho alguno de ejercer sus privilegios, que ellos soportan estoicamente como una dolorosa penitencia, asfixiada por el yugo del poder personal, que se supone nace del pueblo soberano o de las creencias religiosas, que mancillan en el altar de su propio beneficio sin remordimientos y sin preocupaciones legales de culpabilidad. Es decir, aceptan sin limitaciones, que no tienen responsabilidad ni nadie que se la exija.
La prueba mayor de lo dicho, son sus propias explicaciones exculpatorias, que indican, sin la menor duda, que están convencidos de que ejercen un derecho casi divino a saltarse las normas sociales, éticas, políticas y religiosas, ya que, están preñadas de altanería y falta de respeto a todos nosotros españoles de a pie.
Lo peor de todo, es que no pasa nada de nada, unos se quedan donde no debían estar y otros se van llenos de altanería convencidos de su propia sin razón, mientras los ciudadanos y feligreses ahítos de desengaños y sobresaltos asistimos a una orgía de impunidad moral y/o legal.
N.B. Sin duda, el Obispo, el Jemad y algunos políticos están llenos de bondad y desvergüenza torera en un mar inmenso de impunidad, es más, hay algunos, que defienden esa conducta infame, en base a múltiples motivos disfrazados de justificación falsa y mentirosa.
En una sociedad democrática regida por la ley, el derecho y los principios éticos más elementales, solo vale la ejemplaridad en el comportamiento de cualquier líder social, político o religioso, lo demás, son brindis al sol y desprecio público al pueblo, que detenta la soberanía.
Córdoba, a 26 de enero de 2021
Fdo. Enrique García Montoya
Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.