La capacidad de negociar y consensuar, está muy claro, que no es la cualidad de la que van sobrados las élites políticas y los euro-burócratas de la U. E.
Los que mandan en la U. E. tienen ante si una serie de problemas, que por lo que se ve, acostumbrados a imponer con sus amenazas (ellos las llaman advertencias) sus criterios políticos y económicos, se muestran claramente incapaces de solucionar, y, si alguien lo duda, que les pregunten a los ciudadanos de los distintos Estados Miembros sobre los temas que hay sobre la mesa y, concretando más, que les pregunten que opinan de los salarios de los euro-burócratas, ellos, por supuesto, incluidos.
Solo por señalar algunos de esos asuntos, que se hace sin ánimo cerrado ni exclusivo, así, veamos:
* Los salarios de los euro-burócratas (funcionarios) y de todos los políticos de la U. E., incluidos los euro-parlamentarios, que comparados con las retribuciones de los ciudadanos de la Unión producen vergüenza ajena.
Caben aquí varias preguntas al respecto:
¿por qué no se explican claramente a los ciudadanos de la U. E. achicharrados por la debacle económica, cuáles son esos salarios y su cuantía?
¿por qué en esta situación de penuria que sufren todos los ciudadanos, no se plantea una bajada de esas retribuciones abultadas, mientras dura la crisis?
(Nota: Aquí, sobran los comentarios)
* El acuerdo del Brexit y las relaciones con el Reino Unido.
* Los acuerdos políticos y comerciales con EE. UU.
* Los Fondos de Recuperación bloqueados por Hungría y Polonia, que si no acaba bien llevará a un presupuesto alternativo, que solo alcanzaría para cubrir las necesidades básicas de la U. E. y los sueldos de sus funcionarios y políticos.
* El presupuesto plurianual comunitario.
* El problema de Turquía y todo lo que ello conlleva.
* La pandemia y todas sus consecuencias negativas.
* La situación de las economías de los Estados Miembros.
* La realidad del paro en los Países de la Unión, de los que España es la cabeza.
* La falta de información veraz a los ciudadanos de la U. E. sobre todos los asuntos pendientes.
* La incapacidad demostrada de los llamados líderes de la U. E. de alcanzar acuerdos consensuados, implicados en los valores de la Unión, como puede ser el principio de igualdad, dejando a un lado, las advertencias cargadas de amenazas.
* Se podrá seguir en un largo etc., pero con lo dicho, vamos sobrados.
*** Los habitantes de la U. E., se diga lo que se quiera, están un poco más que hartos, pues están convencidos de que esta no es la Europa de los ciudadanos, sino la Unión de una cúpula poderosa, que solo impone sus criterios y que está dentro de una burbuja impenetrable para el resto de las personas, decidiendo, así, nuestro futuro preñado de condiciones que a ellos no les afectan.
Es evidente, para cualquier observador imparcial, que la política de los mandamases de la U. E. implica, en términos del estado de derecho, la desigualdad con los débiles y el trágala con los más fuertes o más desafiantes. Los casos de Turquía, Venezuela, Irán y otros muchos demuestra, solo por poner un ejemplo, que lo que son incapaces de pactar o consensuar con Hungría y Polonia, se lo tragan sin rechistar en otros casos, mientras los ciudadanos de a pie de la Unión viven desinformados y al albur de unas circunstancias que desconocen y que siempre se les imponen por el bien de una política europea de la U. E., llena de desigualdades y privilegios de unos pocos muchos.
Las llamadas condicionalidades del estado de derecho no pueden estar, digan lo que digan los euro-burócratas, los políticos y los líderes de la U. E., al albur de unos pocos, ya que, si es así, es más que evidente, que estamos inmersos en la ciénaga de la arbitrariedad. Los ejemplos, como se ha señalado son más que notorios, ya que, si un ataque a la independencia del poder judicial se trata de distinta manera según el País que sea, es manifiesto que se vulneran los valores del Unión.
No sirve, que los líderes digan, que se puede acudir a la justicia de la Unión, ya que, esa posibilidad está más que prohibida a los ciudadanos de a pie, por muchas razones conocidas por todos, como, pueden ser las económicas y las territoriales; el hecho, por ejemplo, de que en los Países Miembros no exista una Oficina de Justicia al alcance de los ciudadanos de a pie, es un estrambote inadmisible, ya que, a cualquier persona, le resulta prohibitivo acudir al amparo de los tribunales de justicia de la U. E., tanto por razones económicas como puramente administrativas y de tramitación.
¿Alguien lo puede poner en duda?
*** Para terminar, hoy es el día de la Constitución en España, que votamos en referéndum por una amplísima mayoría y que ha permitido el período más largo de paz y prosperidad para todos los españoles de nuestra historia, pero, curiosamente, unos pocos entramados en la locura del odio han decidido por su cuenta, que hay que liquidar, lo que llaman con rencor el régimen del 78, donde muchos (una gran mayoría) hicimos acopio de renuncias de todo tipo sin distinciones de ideologías y acordamos vivir en paz, siendo evidente, que lo conseguimos, dando ejemplo al mundo de fuerza, inteligencia y concordia de todos y para todos.
Sin embargo, lo peor de lo peor, es que esos vocingleros de la destrucción de nuestra Constitución, han encontrado cómplices complacientes que dicen defenderla a puñaladas, pues lo único que les importa es mantener el poder a cualquier precio y dentro de la política del “todo vale” para ello.
N.B. Por todo lo dicho, los líderes de la U. E. y los euro-burócratas de Bruselas deben empezar a comprender y asimilar, que muchos ciudadanos de la Unión estamos un poco más que hartos, y, que otra política es posible, empezando por los salarios de los funcionarios y políticos de la misma, ya que, no puede ser, que mientras los ciudadanos de a pie se desangran en la penuria y en un desastre económico sin precedentes, ellos con los impuestos de todos sigan con su alto nivel de vida, olvidando, además, el espíritu de consenso y los valores de la U. E. que deben ser iguales para todos sin distinciones ancladas en la arbitrariedad.
Por lo que respecta a España, están en lo mismo y no quieren ver que nuestro estado de derecho está en peligro, porque la desigualdad impera dentro de la propia U. E., manteniendo, en unos casos, unos valores de la propia Unión, que se niegan en otros casos de forma inexplicable.
Solo queda esperar, que nuestra Constitución aguante el envite de los que quieren romper España y que la U. E. nos acoja dentro de su paragua lleno de valores de las democracias libres, solo queda, que se empiece a notar que esos principios son una realidad.
Córdoba, a 6 de diciembre de 2020
Fdo. Enrique García Montoya
Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.