La Presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, reconoce en comparecencia parlamentaria, que la Comisión fue demasiado optimista con la compra de vacunas, y, con respecto a la cantidad de vacunas que entregarían las farmacéuticas con las que se habían firmado contratos de suministro. Así, ha dicho, “que en la Comisión hemos sido demasiado optimistas con la capacidad de producción y, quizás, estábamos demasiado seguros de que lo que habíamos encargado y pagado, y, que se nos iba a entregar a tiempo, porque globalmente hemos subestimado las dificultades que lleva consigo la producción en masa”.
Los principales grupos políticos del Parlamento (populares, socialdemócratas, liberales y verdes), han apoyado la gestión en la compra de vacunas de la Presidenta de la Comisión Europea, y, solo reclamaron a la Comisión una mayor transparencia en los contratos con las empresas farmacéuticas.
** Es curioso, que nadie dimite en este vidrioso asunto de la compra de vacunas y ni asume su responsabilidad, cuando, como mínimo, los daños son manifiestos a los 450 millones de ciudadanos de la Unión, así:
- Daños económicos difíciles de calcular, pero, sin duda, muy elevados.
- Los ciudadanos de la U. E. sin vacunar a tiempo, de forma, que el retraso en su vacunación se traducirá en miles de contagios y en muchas muertes.
** El “optimismo” excesivo reconocido por la propia Presidenta de la C. E., debería traducirse, como mínimo, en su dimisión inmediata, pues, difícilmente, podrá reparar el daño causado a los ciudadanos de la U. E. afectados por el retraso en la vacunación, que se traducirá en miles de contagios y cientos de muertos, por no hablar del daño económico y del desprestigio de la propia Unión.
El apoyo de los principales grupos políticos del Parlamento Europeo a la gestión en la compra de vacunas, realizada por la Presidenta de la Comisión Europea, o si se quiere decir de otra forma, los aplausos en sede parlamentaria de los eurodiputados, sinceramente, producen vergüenza ajena y son un desprecio manifiesto a los ciudadanos de la U. E., ya que, al no dimitir voluntariamente la Presidenta de la C. E., debería haber sido cesada por el Parlamento Europeo por graves daños a 450 millones de ciudadanos de la Unión, y que, al no hacerlo, se convierte en cómplice silente de una conducta de falta de la prudencia más elemental, que ha producido daños irreparables a la Unión y a sus ciudadanos, ya que, como mínimo, la Sr.ª. Von der Leyen ha incurrido en una negligencia gravísima en el desempeño de sus funciones.
El comportamiento de los líderes de la U. E., incluidos los europarlamentarios, en la crisis de la compra y suministro de vacunas, ha puesto de relieve, lo poco que les importan los ciudadanos de a pie, ya que, lo único que parece preocupar a la Presidenta de la Comisión Europea, es lo que pueden hacer los europarlamentarios, de manera, que todo se resuelve con más prebendas a los mismos; aunque, para que no haya sorpresas, primero ronda de reuniones con los grupos del parlamento por separado y a puerta cerrada y, en segundo lugar, cuando está todo acordado y pactado, comparecencia en el Parlamento Europeo de la Presidenta de la C. E. de apoyos y aplausos sin fin.
En cualquier organización o empresa que se precie, un desastre de la magnitud de la compra y suministro de vacunas y de sus consecuencias negativas de todo tipo (económicas, sociales, sanitarias y políticas), llevado a cabo por la Presidenta y la Comisión Europea, hubiera dado lugar a la exigencia inmediata de responsabilidades a los causantes del expolio perpetrado y, a la vez, una investigación completa y exhaustiva de todo el proceso de compra fallido.
Los errores -o lo que sea- en las contrataciones de las vacunas, han llevado a un retraso en las vacunaciones con daños tremendos en todos los sentidos en los Estados Miembros de la U. E.: Sanitario, con miles de contagiados y muchas muertes más, y, económico, con pérdidas incalculables en las economías de los países miembros, eliminación de los inicios de la recuperación económica, con parada casi total del crecimiento, y, además, pérdidas intangibles, cómo el desprestigio de la U. E. en la esfera internacional.
Encima de todo, por si faltara algo de lo malo, oscuridad vidriosa en todo el proceso de compra y suministro de las dosis de vacunas, cuando debería haberse producido una transparencia completa e inmediata, para que los ciudadanos de a pie de la U. E. estuvieran perfectamente informados.
En cambio, en la U. E. todo se ha saldado con abrazos fraternos y aplausos, mientras los ciudadanos de la Unión languidecen en manos de la pandemia, abandonados por unos gobernantes a los que solo importa, por lo que se ve, permanecer en el poder a cualquier precio, rodeados de privilegios y de ingentes equipos de apoyo, que por los resultados se presentan como inanes, realizando su trabajo sin responsabilidad y en un mundo paralelo ahíto de beneficios de los que los ciudadanos normales carecen y ni se imaginan.
Por lo expuesto y por lo visto, es evidente que esta no es la Europa de los ciudadanos, ya que, no solo se trata de haber llevado a término un desastre tremendo, sumido en la estulticia, con el asunto de la compra y suministro de las vacunas, sino, además, insisto, en la opacidad y falta de transparencia que demuestran esos gobernantes europeos responsables, como lo prueba, la publicación de contratos con farmacéuticas mutilados y tachados, donde ni siquiera se ve el precio real pagado y sus condiciones más elementales, haciendo con ello, un remedio peor que la enfermedad y los errores cometidos.
Cuando otros países mucho más pequeños tienen vacunas para todos sus ciudadanos (baste citar aquí, solo al Reino Unido o a Israel), la U.E. ha demostrado una “pereza” en su actuación de aprovisionamiento de vacunas lamentable, continuando, además, la oscuridad en las circunstancias de la compra.
Se habla de un retraso en la vacunación de tres meses:
¿Cuánto costará a la salud de los ciudadanos de la Unión y que coste económico tendrá?
Aquí, todo se soluciona al parecer con una comparecencia parlamentaria de la Presidenta de la Comisión pactada y dopada, donde ya todos saben que solo habrá apoyos y aplausos, pues para nuestros líderes gobernantes lo verdaderamente importante no es resolver el problema y buscar las vacunas ya, sino proteger sus cargos a cualquier precio, que, simplemente, pasa siempre por aumentar los privilegios de todo tipo de la Euro cámara.
En resumen, los 450 millones de ciudadanos de la U. E. que esperen a cuando buenamente pueda ser, que no pasa nada, salvo unos cuantos miles de infectados más y los muchos muertos que toquen.
Para terminar, la Presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, en comparecencia parlamentaria ha realizado un brindis al sol, excusándose no por su incompetencia, sino por la actitud trilera de las compañías farmacéuticas, que se han aprovechado de Ella, a pesar de haber pagado por anticipado (no se sabe aún que cantidad) y de existir unos contratos opacos, oscuros y muy confidenciales.
En resumen, una desgracia para la U. E y todos sus ciudadanos, que asistimos perplejos a unas actuaciones de la C. E. y su Presidenta, que nos apenan y nos ponen en peligro manifiesto, y, además, no pasa nada, ni nadie asume responsabilidad alguna de forma efectiva.
N.B. La U. E. – la Comisión – su Presidenta, Úrsula Von der Leyen, y el Parlamento Europeo, en el asunto de la compra y suministro de las vacunas en la Euro cámara, se han perdido en apoyos y aplausos incomprensibles, sin que se haya dicho, que va a hacer para solucionar de inmediato el retraso en la vacunación y qué medidas se van a adoptar para ello: “una pena y un horror para los ciudadanos de a pie”.
La Comisión de la U. E. solo ha publicitado un contrato mutilado, metiéndose de lleno en la opacidad y en el engaño, cayendo de lo malo a peor, pues siempre, la omisión parcial encubre engaño o lo aparenta de lleno, haciendo la verdad pretendida, mentira cierta,
Los líderes de la U. E. han demostrado sobradamente que son malos negociadores, pero, además, que no explican nada, sino que ocultan la compra y suministro de las vacunas a sus millones de ciudadanos, dejando toda transparencia de lado, frente a 450 millones de personas que los mantienen y sostienen.
No puede ser, que los ciudadanos se conviertan en rehenes por sus propios gobernantes y que se les sumerja en la ignorancia opaca y vidriosa, y, que nadie responda de verdad por tantos errores inexcusables.
Finalmente, reiterar una vez más, la metáfora sobre la corrupción de Shakespeare (frase de Hamlet), referida a la política de Dinamarca y a la actitud de sus políticos: “Something is rotten in the state of Denmark”; que deseamos, que no sea verdad en este caso, pues, si resulta cierta, los responsables deben asumir todas sus responsabilidades de forma inmediata, y, a la vez, exigir responsabilidad personal a cualquier implicado en la trama del suministro y compra de las vacunas, que se ha mostrado como un desastre mayúsculo.
Córdoba, a 12 de febrero de 2021
Fdo. Enrique García Montoya
Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.