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Incertidumbre – inseguridad jurídica – pérdida de confianza (información veraz y participación social en las decisiones)

La incertidumbre supone inseguridad, inquietud, desasosiego, duda, indecisión, vacilación, recelo, sospecha, siendo, por tanto, lo contrario de tranquilidad, de confianza o de certeza, lo que crea, y, se manifiesta en inquietud. La incertidumbre proviene de la falta o escasez de conocimientos, es pues, la duda permanente por la falta de información veraz y la insuficiencia de las razones o pruebas en las que se puede fundar una actuación razonable, implicando falta de conocimiento seguro y claro. Dicho de otra forma, la incertidumbre se refiere a anomalías epistémicas, que implican información imperfecta o desconocida.

Es un hecho indudable, que la incertidumbre siempre va a estar presente en la vida de las personas, sin embargo, el exceso de incertidumbre conlleva, que, casi siempre, el ciudadano paraliza su actividad en espera de que la situación sea más clara y confiable.

En España es una realidad indiscutible, que reina la incertidumbre a todos los niveles (político, social, económico y sanitario), de manera, que se quiera admitir o no, aparece la inseguridad, la inquietud, la duda, la indecisión, el recelo y la sospecha entre todos los ciudadanos (con reflejo interior y exterior) con todas sus consecuencias nocivas, así:

* Político.

Lo que está ocurriendo en nuestro País a este nivel, es algo escatológico (significando excrementos y suciedades y en el lenguaje del pueblo grosería e indecencia), cosa que nadie pone en duda, donde todos contra todos, se olvidan de la pandemia, de la ruina, del paro, del gasto descontrolado, etc., llegando a un punto, que los españoles solo sienten “una gran incertidumbre”, que lógicamente les paraliza en todos los sentidos.

Los ejemplos son tantos que eximen de cualquier relación de ellos, aunque las consecuencias presentes para todos sin nicivas y perversas:

* Social.

La sociedad española está dividida y enfrentada, de manera, que existen brechas diferenciales abismales, así: Sector público y Sector Privado; diferencias entre CC. AA. políticas, económicas y sanitarias; distorsiones en el paro, donde existen grandísimas desigualdades por territorios, sectores económicos y productivo, colectivos de jóvenes, mujeres y mayores de 50 años; desigualdades en el gasto público entre zonas y personas; desconfianza creciente a nivel internacional hacia España; y, así, una larguísima lista de diferencias inasumibles, cuando debería reinar la igualdad y las semejanzas en la sociedad española.

Volvemos a lo mismo, los españoles solo sienten “una gran incertidumbre”, que lógicamente les provoca inseguridad y les impide tomar decisiones fundadas, llevando a desigualdades y consecuencias nocivas y perversas a nivel social.

* Económico.

El B. de España ya difiere los efectos de una posible recuperación a 2022, además, las ayudas a las empresas son una miseria y el dinero del rescate de la U. E. está en almoneda (pendiente de los votos y los vetos), y, si a lo dicho, le sumamos el desmadre político a nivel estatal, regional y local, es una realidad que la economía se está destrozando, aumentado, también, las diferencias por CC. AA y por sectores económicos, creándose una desigualdad insoportable (las empresas de turismo y el sector servicios hechos picadlo, mientras, otros sectores como el digital, el tecnológico o el energético crecen y aumentan sus beneficios).

Las consecuencias económicas de la pandemia nos están llevando a un campo desconocido, lleno de incertidumbre e inseguridad, obligando a las empresas a redimensionar sus estructuras, quitando y transformando medios personales y materiales, en su intento de adaptarse al contexto operativo y a la realidad económica.

Los fondos europeos de recuperación para España, cuando lleguen, si llega, ayudarán, pero sin un cambio estructural profundo y rápido de nuestra economía no habrá soluciones adecuadas, de manera, que urge una unidad de actuación de todos para transformar nuestro tejido productivo, sin olvidar, que no pueden seguir subsistiendo los desequilibrios existentes en territorios y en sectores productivos.

De nuevo estamos en lo mismo, los españoles no pueden asimilar tanta “incertidumbre” e inseguridad jurídica, que, además, se refleja en la desconfianza que los inversores internacionales sienten en España.

* Sanitario.

En España en el tema de la vacunación, por la desidia de la U. E. y de nuestro Gobierno, vamos retasados varios meses, lo que nos costará miles de contagios y muchas muertes más, además, de sus nefastos efectos negativos en la economía en general.

Países como Chile, Israel, Reino Unido, EE. UU., tienen un nivel de vacunación elevadísimo, mientras España y otros países de la Unión, no es que llevamos retraso, es que estamos abandonados por unos gobernantes inanes e irresponsables.

A este nivel los españoles perciben una “incertidumbre” y “una inseguridad” persistente, que se plasma en desconfianza interior y exterior paralizándose todo.

*** Si a todo lo expuesto, le añadimos la falta de información veraz a los españoles y la falta de participación social en las decisiones, con clara vulneración de nuestros derechos y libertades constitucionales, la situación solo es “incertidumbre, inseguridad jurídica y una desconfianza creciente, que lo paralizan todo, llevándonos a la ruina política, social, económica y sanitaria.

Sin olvidar, que en Europa – U. E. las ayudas de todo tipo se difieren, llevando a cabo los poderes ejecutivos de la Unión una política inane, ineficaz, lenta e irresponsable en muchos asuntos, como, los temas de los fondos de recuperación y en las vacunas, con retrasos inasumibles e inexplicables, solo respondidos con un estruendoso silencio intolerable.

N.B. Es una realidad, que la incertidumbre, la inseguridad jurídica y la pérdida de confianza generan incertidumbre y lo paralizan todo, además, si a ello se une la falta de una información veraz inmediata y completa a los ciudadanos y la falta de participación social en la toma de decisiones, el resultado solo puede ser uno: La ruina política, social, económica y sanitaria.

Los ciudadanos no pueden ser rehenes cautivos de sus propios gobernantes, y, que, además, los lleven a una ignorancia opaca y vidriosa, sin que, a mayor inri, los poderes públicos de la U. E. y de España, tampoco, explique nada ni respondan de verdad por tantos errores inexcusables, solo un silencio estruendoso y estremecedor. 

Córdoba, a 26 de marzo de 2021

Fdo. Enrique García Montoya

Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.