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Desempleo – la realidad y la mentira – II (+ empleo – PIB = menor productividad = bajada de horas de trabajo y facturación)

Siguiendo con el tema del paro, me dicen los mismos lectores, que los datos del Gobierno (M. Trabajo – SEPE) son ciertos y quieren que explique donde está la trampa.

Así que, primero diré, que puede ser que haya más empleo (aunque pongo en duda los datos oficiales por falta de información veraz), que haya más personas trabajando, pero si el PIB se reduce por debajo del empleo, la realidad es que se produce menos (es decir, está bajando la productividad), lo que significa, sí o sí, que es porque se trabajan menos horas (aumenta el trabajo a tiempo parcial -el trabajo de jornada incompleta por horas-) o porque aunque se trabaje la mismas horas existe menor facturación.

En segundo lugar, señalaré ciertas disfunciones en los datos oficiales:

1º.- Los contratos fijos o indefinidos aumentan, pero es un hecho patente, que un gran número de ellos son contratos por horas (a tiempo parcial) o contratos temporales hechos fijos discontinuos (lo que es una falacia en el empleo, pues cuando acabe el trabajo se acabará el puesto de trabajo fijo -si no al tiempo-).

2º.- Las condiciones de trabajo de todo tipo son precarias en el empleo que se está creando, incluidas las retribuciones salariales, que hará que baje la productividad y la cualificación profesional.

3º.- La realidad es, que el empleo indefinido de calidad, estable y duradero está disminuyendo con la aplicación de la reforma laboral, de forma, que una cosa es la apariencia de creación de empleo y otra cosa la realidad de los puestos de trabajo que se están creando o transformando, que con toda evidencia no coinciden, ya que, no puede ser que se diga que crece el empleo  y que baje el PIB.

El descuadre indica que el empleo creado es de baja productividad y de menos horas de trabajo efectivo.

En tercer lugar, fijaré unas conclusiones:

a).- Falta información veraz, de forma, que los datos oficiales de empleo encierran una trola, es decir, no son verdad, sino como mucho media verdad.

b).- La reforma laboral debe necesariamente ser modificada, buscando la productividad, la cualificación profesional y la creación de empleo de calidad estable y duradero.

c).- Los acuerdos entre empresa y trabajadores deben estar liberados de ataduras de convenios y de imposiciones legales.

d).- Sin flexibilidad en el mercado de trabajo será imposible aumentar la productividad de los trabajadores y la competitividad de las empresas, que son las bases de una creación de empleo estable y sostenida.

N.B.  Los datos oficiales sobre empleo y paro son una falacia, o si se quiere, una mentira disfrazada de verdad, porque + empleo y – PIB significa menor productividad, lo que sí o sí, implica bajada de horas de trabajo y facturación.

En resumen, aumenta la precariedad en el empleo, aunque este aumente oficialmente, cosa que, pongo en almoneda.

Así mismo, es imposible sin conocer la realidad reformar de raíz nuestro mercado de trabajo, adoptando medidas urgentes, que mejoren la productividad y sea posible crear empleo estable, duradero y de calidad, además, la reforma laboral aprobada lo impide.

La cifra de inactivos en crecimiento continuo es un indicador siniestro, que no se puede ignorar, dato aumentado por los incapacitados permanentes sociales.

Córdoba, a 6 de abril de 2022

Fdo. Enrique García Montoya

Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.

Incapacitados permanentes sociales (parados – inactivos – abandonados)

Me preguntan que segmento de desempleados está en peor situación y respondo sin pensarlo: “los incapacitados permanentes sociales”.

La cifra de I. P. S. sobrepasa en España los tres millones de personas.

Estas personas son aquellas, que han abandonado la búsqueda de trabajo y empleo porque han perdido toda esperanza, ubicándose en el colectivo amplísimo de inactivos, a las que hay que sumar todas aquellas personas que aún siguen luchado por encontrar empleo, pero que saben que nunca lo van a encontrar.

Quizás, un ejemplo aclare el concepto: Un trabajador de cualquier pueblo de Andalucía con 50 o más años que ha perdido su trabajo por cualquier causa y que se pone a buscar trabajo y comprueba que es imposible ponerse a trabajar, porque en su pueblo hay mucho paro, porque el trabajo que le ofrecen es de bajísima calidad en todos los sentidos, porque necesita una recualificación profesional que está fuera de su alcance y algunos porque más.

Transcurridos los años del paro a los que tenía derecho, se encuentra con que sigue en paro, que carece de ingresos salvo las pocas ayudas que recibe y que le es imposible encontrar un trabajo a pesar de todos sus esfuerzos, pasando así a engrosar la cifra de los que llamo incapacitados permanentes sociales.

Estos trabajadores han caído en el olvido, pasando a formar parte de una legión invisible social y políticamente.

El nombre surgió al llevar un asunto de incapacidad permanente, reclamando ante el Juzgado de lo Social una incapacidad total para su profesión habitual, que al trabajador que asistía como abogado, le había sido denegada por la Seguridad Social.

En la defensa del trabajador una de mis alegaciones fue, que el trabajador le era imposible encontrar trabajo con la lesión que sufría no solo por ella misma, sino, también, porque la tasa de paro del pueblo superaba el 35%, porque ninguna empresa de la zona ofertaba un trabajo que pudiera cubrir el productor y algunos porque más, que llevaban a la conclusión de que nunca encontraría trabajo. En este caso el Juzgado de lo Social estimó, que existía un supuesto de incapacidad permanente para la profesión habitual del trabajador, citando entre las causas en que basaba su sentencia toda la problemática del paro y del empleo en la zona, que razonablemente impedían al trabajador encontrar empleo. La sentencia no fue recurrida por la Seguridad Social, haciéndose firme con todos su efectos en favor del productor.

Entonces, acepté, sin dudarlo, la denominación de -trabajadores permanentes sociales- para ese amplísimo colectivo de personas, a las que circunstancias sociales como las señaladas (no las únicas) imposibilitan que surja un puesto de trabajo posible para esa persona.

Creo, haber contestado razonablemente a mi lector, aunque, sin duda, cabría una exposición más amplia, pero para una respuesta rápida y limitada por espacio, entiendo que puede ser suficiente.

N.B. Es conocida mi opinión, de que el paro es uno de los grandes problemas olvidados de España (de Andalucía por supuesto), quizás, por ello, el tema de los que llamo Incapacitados Permanentes Sociales me preocupa en extremo, pues no solo son parados e inactivos, sino que, además, están abandonados.

En mi opinión el extremo más deplorable del paro y una vergüenza social y política.

Lo peor de todo, es que ningún poder público pasado o presente, ha adoptado ninguna medida al respecto para proteger y asistir a este amplio colectivo de personas, la prueba del nueve negativa está, en que ni la Reforma Laboral del Sr. Rajoy y su Ministra Srª. Báñez (tan injustamente alabada) se ocupó del asunto, y, que, curiosamente, la nueva Reforma Laboral de la Ministra de Trabajo, Srª. Yolanda Díaz, tampoco ha cubierto a este colectivo de trabajadores olvidados, que es una de las causas por las que estoy en completo desacuerdo con ambas reformas.

Córdoba, a 12 de febrero de 2022

Fdo. Enrique García Montoya

Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.

P. D. Dedicado a mi nieto que hoy cumple dos años y se llama Gonzalo, que en Córdoba es algo que imprime carácter.