En estos días de incertidumbre e inseguridad jurídica “el desempleo estructural” parece olvidado por los poderes públicos, difuminándose en el vacío, preterido por otros asuntos menos urgentes, como, pueden ser entre otros, las pensiones y la reforma laboral, que están consiguiendo, que el problema del paro quede laminado para los españoles, de manera, que se oculta el número inquietante de personas inactivas y en paro.
El número de personas sin empleo real en España es aterrador, no solo por sus cifras, desconocidas realmente (ver, los –inactivos- y las -cifras engañosas del empleo público que disfrazan el problema-, etc.), sino también, por la distribución desigual del mismo por sectores, por regiones, por razón de edad -menores y mayores de 50 años- y de género.
El paro estructural en España es una realidad muy negativa, que, además, habiéndose adoptado por los poderes públicos una actitud tancredista hacia la inanidad, ninguna solución aparece, aunque lo peor para nuestro desempleo empieza a vislumbrarse a través de otros asuntos, que indican, se quiera reconocer o no, que nuestro paro estructural va a quedar abandonado por los poderes públicos, que tendrían la responsabilidad indudable de afrontarlo y combatirlo, de forma, que ahora conviene detallar una serie de asuntos preocupantes, que distorsionarán aún más el mercado de trabajo y enquistarán nuestro paro estructural aún más si cabe, así:
** La deuda pública ha marcado un nuevo máximo histórico en septiembre y alcanza el 122,1% del PIB.
Es un hecho indiscutible, que sin planes de política fiscal fiables vamos hacia una crisis de deuda pública, máxime, por el efecto de choque que puede tener para España el final de las compras de emergencia de bonos en abril de 2022, debido al descontrol del déficit, pues, ya se da por descontado es que no se prorrogará el Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP), cuando venza en marzo.
La cuestión es clara, si el BCE deja de comprar a España todas las emisiones de deuda, como viene haciendo, el Estado tendrá que colocarlas en el mercado, y, por los fuertes desequilibrios de nuestra economía y la negativa del Gobierno a tomar medidas para reducirlos, lo normal es, que los vayan a invertir exijan una prima de riesgo cada vez más alta, lo que disparará los costes financieros del Estado, agravándose el déficit con lo que iríamos hacia crisis de deuda: “Con una prima de riesgo por encima de 600 puntos básicos España puede caer al abismo de la expulsión de la U. M. y fuera del euro”.
Es un hecho, que los precios de la deuda están en máximos por las compras realizadas por el BCE, lo que quiere decir, también, que su rendimiento está en mínimos casi desconocidos y ello conlleva que una gran cantidad de bonos europeos tiene rendimientos negativos; es decir, que el comprador recibirá menos dinero de lo que invierte, lo que supone algo perverso en la política monetaria actual, sin olvidar, que esos rendimientos negativos incluyen la expectativa de una inflación nula o negativa.
La política del BCE con tipos de interés a cero, se quiera aceptar o no, tiene fecha de caducidad, de manera, que, en algunos Estados Miembros (no solo los frugales), como Alemania, se empiezan a ver movimientos de subida de los tipos de interés y la consiguiente inflación, hecho que tendrá consecuencias negativas en los países fuertemente endeudados.
** La inflación se ha salido de madre, de forma, que el IPC se dispara hasta el 5,6% en noviembre, la tasa más alta desde hace muchos años. Los ciudadanos ven ya, que la inflación está empezando a mostrar su fea cara y, sin duda, tendrá su impacto en los tipos de interés de mercado, por lo que las cuentas públicas empezarán a notarlo.
Si las previsiones sobre la inflación se mantienen o crecen, por la razón que sea, la cotización de los títulos de deuda caería. Es decir, sus rendimientos aumentarían, aunque el BCE continuara dopando el mercado con la compra de bonos.
** El descontrol del déficit publico es algo incontenible, de forma, que con un crecimiento del gasto grandioso difícilmente se cuadrarán los gastos con los ingresos del Estado, lo que lleva a una política continuada de endeudamiento y hasta donde se llegue llegó.
** Los Fondos de Europa tardan más de la cuenta y cuanto mayor sea la tardanza mayor será la condicionalidad exigida por Bruselas y nuestros socios cada vez más frugales.
A su vez, lo Fondos la U. E. no viene todos a la vez ni sin condiciones, de forma, que la cuestión no solo está en recibirlos, sino también como gastarlos, de forma, que ayuden a la recuperación y no provoquen rechazos ni vetos en Europa.
** La recuperación se está ralentizando y no está llegando por ahora a la gente de a pie. La OCDE hunde nuestro PIB al 4,5%, situándonos a la cola de Europa.
** Los Ertes son un instrumento fallido y agotado en su actual configuración, si no van acompañado de medidas coyunturales inmediatas y eficaces, especialmente, a través de ayudas directas a las empresas solventes y/o recuperables.
Así mismo, es un hecho real que las empresas insolventes y zombis se multiplican agazapadas en préstamos ICO y en regulaciones de empleo ficticias, que camuflan empleos inexistentes.
El B. E. calcula, que actualmente el 40% de los negocios españoles arrastra problemas para cubrir sus gastos, mientras que más de un 14% ha alcanzado la insolvencia.
** Todos los esfuerzos y toda la propaganda están en las reformas del mercado laboral unidireccionales y de las pensiones con olvido de todo lo demás, por supuesto, con olvido manifiesto del paro y sus consecuencias perversas.
El número real de desempleados estructurales se sitúa ya en una cifra desconocida de millones de personas, y, además, la cifra de paro se distribuye de forma irregular por las CC. AA. y entre ellas mismas territorialmente, a la vez, que existen colectivos de trabajadores donde el desempleo es una verdadera tragedia: Jóvenes, mayores de 50 años y mujeres.
El asunto crucial para todos los españoles que es el desempleo y su tremenda tasa, casi innombrable, está desaparecido de la discusión pública, especialmente, de todos los poderes públicos con algunas exiguas excepciones.
España necesita urgentemente reducir su tasa de paro igualándola a la de la U.E., lo que implica la adopción de medidas eficaces para aumentar la riqueza productiva, mejorar la cualificación profesional de los trabajadores de forma continua y permanente, dictar normas que acrecienten la flexibilidad y mejoren todas las condiciones de trabajo, no solo los salarios, y, en definitiva, crear un marco de empleo que propicie un mercado de trabajo justo y equitativo, dominado por la mejora de la rentabilidad y la creación de riqueza.
N.B. El paro estructural en España supera cualquier magnitud razonable, pero si le unimos la deuda, el PIB decreciente, la inflación disparada, el déficit público, el gasto público descontrolado, la inseguridad jurídica y una recuperación renqueante, la incertidumbre que atenaza a los españoles se convertirá en una desgracia permanente, donde en primera fila estarán por mucho tiempo los millones de españoles en el paro.
Por otro lado, intentar solucionar el problema con el olvido es, como se está viendo, un disparate, pero si, además, se disparan todos los demás asuntos enunciados, el desastre será insostenible, ya que, la recuperación económica y social de España entrará en un laberinto de salida imposible.
La postura inane tancredista no da solución a ningún problema, y, en España ya vamos sobrados de actitudes de quietud extrema, que solo llevan a la desesperanza.
Córdoba, a 1 de diciembre de 2021
Fdo. Enrique García Montoya
Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.