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Reforma Laboral III – Depredadores y Damnificados (consenso – empresarios con su pan y sus tortas)

Es una realidad, que la Reforma Laboral tiene menos depredadores, que perdedores, que son la gran mayoría de los componentes de la sociedad española.

Han participado en el festín oficial del consenso inducido grupos muy organizados (depredadores-consensuantes), que, sin duda, han conseguido sus beneficios particulares, haciéndolos prevalecer sobre los intereses generales; a la vez, que, por una parte, los empresarios de la CEOE  (auto consensuados a porrazos)se han quedado solo con sus tortas, y, por otra parte, lo cierto es, que el pan se lo han llevado dos sindicatos, unos grupúsculos empresariales dominantes y el Gobierno de la Ministra Díaz.

¿Quiénes pierden con la Reforma Laboral aprobada por el Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de diciembre?

Los damnificados, -no partícipes del consenso atrabiliario- que salen escaldados, son muchos, que han sido consensuados a su pesar y sin que nadie les consulte, a señalar algunos, así:

* La sociedad civil en su conjunto. La inmensa mayoría de los españoles sufrirán sus efectos perversos y más pronto que tarde.

* Los parados y el resto de inactivosque seguirán siendo tan vergonzosamente numerosos como siempre y en aumento, pues los consensuantes (Gobierno, CEOE, Sindicatos) van a lo suyo: “a sus intereses específicos”.

* Las empresas pequeñas y medianas (con sus empresarios y trabajadores) confrontadas a la fuerza con las condiciones de trabajo impuestas por las empresas dominantes y los sindicatos, que acordarán a sus espaldas convenios colectivos sectoriales inasumibles para ellas.

* La Seguridad Social  y los pensionistas, que verán disminuir los recursos del sistema de cotizaciones, a pesar del aumento de las mismas previsto, de manera, que la economía financiera de la S. S. solo se mantendrá por aumentos de las aportaciones del Estado, aunque realmente es lo mismo, pues el dinero siempre es el mismo y procede de los ciudadanos.

Lo único cierto es, que a menos cotizantes (a menos empleo) y salarios más bajos los ingresos por cotizaciones decrecerán, a la vez, que se incrementan las pensiones indexadas al IPC, aunque la Reforma y el Ministro Escrivá parecen olvidar el principio de solidaridad intergeracional.

* El sector privado que se castiga frente al sector público, al salir este último claramente beneficiado con la Reforma frente al primero.  

* La recuperación y el crecimiento económico paralizados por el mismo modelo productivo y por un marco laboral empeorado, al impulso de una normativa más rígida y excluyente.

En resumen, el empleo de calidad y productivo decrecerá o no nacerá, aumentando la desigualdad social, de forma, que el problema de España es triple: Por una parte, el paro aumentará, por otra, el empleo se resistirá a nacer en estas condiciones laborales y, finalmente, la desigualdad crecerá entre los españoles.

N.B. La Reforma Laboral aprobada, por ahora, por R. D. L., que deberá ser convalidado, tiene depredadores y damnificados, aunque el consenso impuesto y aceptado -con indisimulada complacencia- por ciertos consensuantes pueda indicar lo contrario:

Primero, porque los intereses de los consensuantes (Gobierno, Sindicatos, CEOE) no son los de los consensuados a su pesar (sociedad civil, empresarios y trabajadores mayoritarios, parados e inactivos, jóvenes, mujeres, mayores de 50 años y sectores económicos tan fundamentales, como el agrícola, el automóvil, la construcción, etc. etc.).

Segundo, porque la Reforma Laboral aprobada, no es la que España estaba necesitando, pues, la inseguridad jurídica y la desconfianza en las relaciones de trabajo han ocupado una posición dominante en nuestro mercado de trabajo, siguiendo,  a pesar de todo, el mismo modelo productivo, que desde hace muchos años garantiza un paro estructural inamovible y unas condiciones de trabajo injustas.

Tercero, porque el gasto público sigue aumentando sin control, lo que, unido a la inflación creciente, harán que la Reforma entre en un bucle sin fin, que conllevará una implicación muy negativa para la creación de empleo, deteriorando la débil igualdad existente en España.

Cuarto, porque la Reforma aprobada por R.D.L., de aplicación inmediata, por ahora y lo que caiga, supone ahondar aún más en la brecha entre el sector público y el sector privado, lo que dará lugar a desequilibrios difíciles de aguantar por la sociedad española.

Por mucho que se quiera dulcificar la reforma de cara a los fondos europeos, lo cierto es, que se trata de un arreglo de mínimos, que nos llevará: *a un aumento del paro, *a un descenso de la productividad y competitividad de nuestras empresas, *a un empleo de baja calidad y bajo rendimiento, y, *a un mercado de trabajo ineficiente e injusto en todas sus condiciones laborales.

En este caso, la equivocación sería una bendición, pero visto lo que hay, quiénes son depredadores y quiénes son damnificados, una solución beneficiosa al interés general se antoja harto complicada, máxime, porque nadie está dispuesto a un consenso verdadero, donde todas las partes (consensuantes y consensuados) estén situadas al mismo nivel de equidad, de forma, que las cesiones necesarias de cada una de ellas para el acuerdo sean equivalentes al nacer de la igualdad y de los derechos y libertades de todos, que la Constitución garantiza y consagra.

Córdoba, a 3 de enero de 2022

Fdo. Enrique García Montoya

Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.

Pensiones – inflación (lo que no puede ser, es imposible)

El Ministro de S. S.y demás competencias, Sr. Escrivá, ha conseguido cuadrar un círculo imaginario, revalorizando las pensiones al ligarlas al IPC, vendiendo tamaño engaño como si hubiera descubierto la piedra filosofal para todos los jubilados de cara a las urnas, aunque, la inflación creciente, entre otras cosas negativas para las pensiones, ya le ha dicho que su apuesta es imposible y que, además, tiene a toda Europa en contra, pues la S. S. en España ya era insostenible y, ahora, con su medida estrella preñada de trolerismo, ha conseguido meternos en un bucle perverso de ruina.

Partiendo de la realidad, que nadie pone en duda, de que el Estado Español no tiene medios económicos para sostener nuestra Seguridad Social, intentar alargar la agonía del sistema actual, aún quemándose en ello, solo sería posible si se reducen las pensiones, se aumenta el impuesto de las cotizaciones sociales y se cubren las necesidades del sistema con aportaciones crecientes del Tesoro Público, que, dicho sea de paso, habrá que detraer de otros sitios o de otras necesidades sociales, a la vez, que se sube la presión fiscal un poco más cada día, hasta el estallido final.

Por mucho que se quiera enredar y sostener un engaño masivo por el Gobierno y el Ministro Escrivá, la realidad es la que es, es decir, muy dura, ya que, nuestro sistema de S. S. no es sostenible ya, por no hablar del futuro, porque entre otras cosas negativas para el sistema la población española, que ya es vieja, cada día lo será más al aumentar nuestra esperanza de vida.

Como se ha dicho, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, acaba de ligar el crecimiento de las pensiones a la inflación, lo que posiblemente solo en este ejercicio supondrá un gasto extra, difícilmente evaluable, pero sin la menor duda muy elevado, porque nadie sabe al día de hoy hasta donde llegará la inflación con todas las perspectivas negativas que se ven, como pueden ser los precios de la energía, etc. etc., que, entre otras cosas,  harán, que el Sr. Escrivá no pueda cumplir su apuesta de indexar la subida de las pensiones al IPC.

La inflación creciente hará imposible mantener las pensiones a su nivel de exigencia social, porque, se mire como se mire, será imposible indexar las pensiones futuras al IPC y porque Europa ha dicho claramente, que nuestro sistema de S. S. es insostenible y, además, excesivamente generoso con las pensiones.

La inflación es el impuesto de los más débiles económicamente en cualquier sociedad, siendo los pensionistas unos más de esos débiles.

Nuestro sistema de S. S. financieramente está en la -UCI-, de manera, que, si no se toman medidas serias y con rapidez, el agujero será tan enorme, que no se podrá salir de él, lo que implica, necesariamente, que hay que empezar a procurar a los españoles “información veraz” (art. 20 C. E.) sobre las pensiones y su realidad, a la vez, que se toman medidas urgentes de todo tipo hasta conseguir estabilizar las necesidades ineludibles del sistema, que, sin duda, pasan en primer lugar por hacerlo posible.

Lo dicho, significa, que todo el dinero del que dispone el Estado, hay que empezar a distribuirlo equitativamente, estableciendo un orden de prioridades, que debe ser explicado exhaustivamente a los españoles, pues el Plan debe ser aceptado socialmente, dando paso a un pacto de estado, aunque nadie debe llamarse a engaño, ya que, la aplicación del Plan conllevará asumir sacrificios y renuncias para todos, al ser una realidad, que siendo más pobres todos deberemos apretarnos el cinturón, empezando, por supuesto, por una reducción extrema del gasto público innecesario e improductivo social y económicamente.

Finalmente, dejar claro, que iniciar una recuperación sólida y eficaz es algo irrenunciable, lo que significa, que todas las normas coercitivas y limitativas de derechos y libertades deban ser erradicadas, pues sin una política abierta que mejore la productividad, dirigida a aumentar la confianza interior y exterior y a crear un mercado de trabajo ágil y seguro, solo existirá, como ocurre ahora, incertidumbre y parálisis social y económica.

N.B. La inflación, junto con el resto de nuestras carenciaseconómicas y sociales (paro, deuda, déficit público, desigualdad, recuperación retraída, inseguridad jurídica, baja productividad, gasto público desnortado, etc.), nos han colocado en una situación muy delicada para sostener el sistema de S. S., de la que solo podemos salir con el esfuerzo y sacrificio de todos, pero una cosa debe quedar clara, que los poderes públicos (todos) deben dar ejemplo de esfuerzo y sacrificio, estando siempre al principio de la fila, empujando e informando a los españoles de forma inmediata, completa y permanente con la verdad.

A la S. S. en España le hace falta, que nuestra economía gane en competitividad, cosa que solo se consigue con aumentos de la productividad, para así, controlar la inflación y crear empleo estable y duradero, pero sin flexibilidad en el mercado de trabajo, con excesivo rigor normativo y sin seguridad jurídica será imposible alcanzar ese objetivo, porque lo que no puede ser, no puede ser.

Así mismo, estamos lejos de Europa y de la U. E. en el asunto de las pensiones y de la salud financiera del resto de los sistemas de S. S., pero, además, tenemos una tasa de paro estructural perversa, que arrastramos casi desde siempre, sin que se adopten medidas eficaces de mejora de nuestro mercado laboral, permaneciendo anclados en una normativa laboral sumergida en la falta de flexibilidad, donde antes de crear un puesto de trabajo hay que determinar cuanto costará el despido o la extinción del contrato, cosa que está por encima de la productividad del trabajador a contratar, que queda relegada a la última fila y, así, no puede desarrollarse un mercado de trabajo competitivo, que permita crear empleo, reducir el paro y financiar adecuadamente un modelo de S. S. viable y con futuro.

Córdoba, a 20 de diciembre de 2021

Fdo. Enrique García Montoya

Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.

Inflación – salarios (una relación difícil)

La inflación se ha instalado ya en los ciudadanos de a pie, que ven como todo sube y sube sin solución ni remedio, ya que, no hay más que ir al cualquier mercado o supermercado para comprobarlo y, además, no es un punto o dos décimas, es un aumento descontrolado del precio de todos los productos sin excepción, especialmente, los de primera necesidad que han disparado su coste al público.

El Banco de España ha expresado su preocupación porque la inflación repercuta en los salarios, cosa que habrá que entender en el sentido, de que -de que los salarios aumenten al ritmo de la inflación-, pues repercutir, lo que se dice repercutir, ya lo está haciendo, como se ha señalado, en los precios de todos los productos básicos (el disparate de la energía, se deja a un lado para no amargar a nadie), lo que implica, sí o sí, que la inflación está impactando de lleno sobre los salarios.

Las posibles medidas para ayudar a los ciudadanos de a pie pueden ser muchas, desde reducir el gasto público innecesario a medidas fiscales de todo tipo, etc. etc., de forma, que se haga menos dura a los españoles la subida vertiginosa de precios, sin embargo, el Gobierno de España, que, encima, ve como sus cuentas caen al vacío de la inoperancia, no toma medida alguna, salvo subir impuestos presumiendo de más recaudación, enfangado entre otras demencias en una “reforma laboral” con tintes de suicida.

Las noticias básicas sobre nuestra situación económica y social son extremadamente alarmantes, así, por señalar algunas:

* La recuperación se retrae día a día (ni sólida ni rápida), ahora, el B. de España cifra nuestro PIB en el 4,5%.

* La inflación se está disparando sin control.

* El gasto público aumenta sin mesura.

* La presión fiscal aumenta, por no hablar del impuesto de cotizaciones sociales del Ministro Escrivá.

* La reforma laboral que se fragua, más parece un contubernio que un acuerdo, donde todo parece trolero y engañoso para los españoles y para la U.E.

*  La situación política ha entrado en fase de -desgracia nacional-, donde todos los partidos van a lo suyo sin excepción alguna y donde parece imposible un solo Acuerdo de Estado, sin olvidar, además, que los partidos pelean entre sí mismos a degüello (P.P. Nacional contra todos los suyos, PSOE sometido a la “autoritas” personalista de su líder único, Cs. embarrándose cada vez más, VOX contra todos, U.P. desangrándose entre sí, por no hablar de PNV, ERC, Bildu, y resto de independentistas inclinados hasta la ruina final).

* Los españoles de a pie ateridos, no solo de frio, sino, también, de miedo, incertidumbre y desconfianza, mientras empiezan a administrar su ruina cuando compran lo que pueden.

* Los salarios siguen inmóviles, salvo los públicos, pues nadie se atreve a acercarse a la inflación por lo que pueda pasar, mientras los precios crecen y la pobreza apunta sus peores tallos, extendiéndose como una mancha de aceite. 

En resumen, el Banco de España puede estar tranquilo en su limbo traslúcido, es un hecho indudable que la inflación no llegará a los salarios, pero no porque no sea algo necesario, sino porque es algo imposible, de forma, que solo hay una realidad indiscutible, que la pobreza aumenta día a día, no quedando otra que apretarse el cinturón.

Así mismo, el. B. de E., ya que, realiza previsiones y advertencias, podría señalar y detallar una serie de medidas para solucionar el problema y/o paliar la situación de los españoles, que, sin ánimo de molestar, debería concretar con un orden de prioridades, así a todos nos llegaría la luz y la cordura, pero sobre todo veríamos, si existe un ápice de esperanza

La inflación se come los salarios, al menos, por dos sitios:

a). Los aumentos de precios suponen una disminución de los salarios.

b). Los aumentos de los salarios nunca alcanzan al crecimiento de la inflación.

La inflación es el impuesto de los más débiles económicamente en cualquier sociedad.

Finalmente, poner de manifiesto, como es público y notorio, que el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, acaba de ligar el crecimiento de las pensiones a la inflación, lo que posiblemente solo en este ejercicio supondrá, siendo optimistas, al menos, unos 6.000 millones extra, por lo que la pregunta es clara:

¿Podrá el Sr. Escrivá cumplir su apuesta de indexar la subida de las pensiones al IPC?

N.B. La inflación y los salarios tienen siempre una relación difícil, pero ahora es una relación imposible, de manera, que el Banco de España puede dormir tranquilo, pues es evidente, que la inflación no llegará a los salarios para elevarlos a su nivel, pero no porque no sea algo necesario, sino porque es algo imposible en las actuales circunstancias económicas y sociales.

Los españoles de a pie, como siempre, a mirar y aguantar, apretándose el cinturón, que se está quedando sin agujeros: La incertidumbre se ha apoderado de España, porque todos los españoles están convencidos del desastre, pero no ven salida alguna para ellos.

El Banco de España, saliendo del confort, debería concretar unas medidas para devolver la ilusión y la esperanza a los españoles, si es que puede o si es que existen.

Córdoba, a 18 de diciembre de 2021

Fdo. Enrique García Montoya

Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.

Empleo y paro II (deuda – inflación – déficit público – PIB – inseguridad e incertidumbre)

En estos días de incertidumbre e inseguridad jurídica “el desempleo estructural” parece olvidado por los poderes públicos, difuminándose en el vacío, preterido por otros asuntos menos urgentes, como, pueden ser entre otros, las pensiones y la reforma laboral, que están consiguiendo, que el problema del paro quede laminado para los españoles, de manera, que se oculta el número inquietante de personas inactivas y en paro.

El número de personas sin empleo real en España es aterrador, no solo por sus cifras, desconocidas realmente (ver, los –inactivos- y las -cifras engañosas del empleo público que disfrazan el problema-, etc.), sino también, por la distribución desigual del mismo por sectores, por regiones, por razón de edad -menores y mayores de 50 años- y de género.

El paro estructural en España es una realidad muy negativa, que, además, habiéndose adoptado por los poderes públicos una actitud tancredista hacia la inanidad, ninguna solución aparece, aunque lo peor para nuestro desempleo empieza a vislumbrarse a través de otros asuntos, que indican, se quiera reconocer o no, que nuestro paro estructural va a quedar abandonado por los poderes públicos, que tendrían la responsabilidad indudable de afrontarlo y combatirlo, de forma, que ahora conviene detallar una serie de asuntos preocupantes, que distorsionarán aún más el mercado de trabajo y enquistarán nuestro paro estructural aún más si cabe, así:

** La deuda pública ha marcado un nuevo máximo histórico en septiembre y alcanza el 122,1% del PIB.

Es un hecho indiscutible, que sin planes de política fiscal fiables vamos hacia una crisis de deuda pública, máxime, por el efecto de choque que puede tener para España el final de las compras de emergencia de bonos en abril de 2022, debido al descontrol del déficit, pues, ya se da por descontado es que no se prorrogará el Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP), cuando venza en marzo.

La cuestión es clara, si el BCE deja de comprar a España todas las emisiones de deuda, como viene haciendo, el Estado tendrá que colocarlas en el mercado, y, por los fuertes desequilibrios de nuestra economía y la negativa del Gobierno a tomar medidas para reducirlos, lo normal es, que los vayan a invertir exijan una prima de riesgo cada vez más alta, lo que disparará los costes financieros del Estado, agravándose el déficit con lo que iríamos hacia crisis de deuda:   Con una prima de riesgo por encima de 600 puntos básicos España puede caer al abismo de la expulsión de la U. M. y fuera del euro.

Es un hecho, que los precios de la deuda están en máximos por las compras realizadas por el BCE, lo que quiere decir, también, que su rendimiento está en mínimos casi desconocidos y ello conlleva que una gran cantidad de bonos europeos tiene rendimientos negativos; es decir, que el comprador recibirá menos dinero de lo que invierte, lo que supone algo perverso en la política monetaria actual, sin olvidar, que esos rendimientos negativos incluyen la expectativa de una inflación nula o negativa.

La política del BCE con tipos de interés a cero, se quiera aceptar o no, tiene fecha de caducidad, de manera, que, en algunos Estados Miembros (no solo los frugales), como Alemania, se empiezan a ver movimientos de subida de los tipos de interés y la consiguiente inflación, hecho que tendrá consecuencias negativas en los países fuertemente endeudados.

** La inflación se ha salido de madre, de forma, que el IPC se dispara hasta el 5,6% en noviembre, la tasa más alta desde hace muchos años.  Los ciudadanos ven ya, que la inflación está empezando a mostrar su fea cara y, sin duda, tendrá su impacto en los tipos de interés de mercado, por lo que las cuentas públicas empezarán a notarlo.

Si las previsiones sobre la inflación se mantienen o crecen, por la razón que sea, la cotización de los títulos de deuda caería. Es decir, sus rendimientos aumentarían, aunque el BCE continuara dopando el mercado con la compra de bonos.

** El descontrol del déficit publico es algo incontenible, de forma, que con un crecimiento del gasto grandioso difícilmente se cuadrarán los gastos con los ingresos del Estado, lo que lleva a una política continuada de endeudamiento y hasta donde se llegue llegó.

** Los Fondos de Europa tardan más de la cuenta y cuanto mayor sea la tardanza mayor será la condicionalidad exigida por Bruselas y nuestros socios cada vez más frugales.

A su vez, lo Fondos la U. E. no viene todos a la vez ni sin condiciones, de forma, que la cuestión no solo está en recibirlos, sino también como gastarlos, de forma, que ayuden a la recuperación y no provoquen rechazos ni vetos en Europa.

** La recuperación se está ralentizando y no está llegando por ahora a la gente de a pie. La OCDE hunde nuestro PIB al 4,5%, situándonos a la cola de Europa.

** Los Ertes son un instrumento fallido y agotado en su actual configuración, si no van acompañado de medidas coyunturales inmediatas y eficaces, especialmente, a través de ayudas directas a las empresas solventes y/o recuperables.

Así mismo, es un hecho real que las empresas insolventes y zombis se multiplican agazapadas en préstamos ICO y en regulaciones de empleo ficticias, que camuflan empleos inexistentes.

El B. E. calcula, que actualmente el 40% de los negocios españoles arrastra problemas para cubrir sus gastos, mientras que más de un 14% ha alcanzado la insolvencia.

** Todos los esfuerzos y toda la propaganda están en las reformas del mercado laboral unidireccionales y de las pensiones con olvido de todo lo demás, por supuesto, con olvido manifiesto del paro y sus consecuencias perversas.

El número real de desempleados estructurales se sitúa ya en una cifra desconocida de millones de personas, y, además, la cifra de paro se distribuye de forma irregular por las CC. AA. y entre ellas mismas territorialmente, a la vez, que existen colectivos de trabajadores donde el desempleo es una verdadera tragedia: Jóvenes, mayores de 50 años y mujeres.

El asunto crucial para todos los españoles que es el desempleo y su tremenda tasa, casi innombrable, está desaparecido de la discusión pública, especialmente, de todos los poderes públicos con algunas exiguas excepciones.

España necesita urgentemente reducir su tasa de paro igualándola a la de la U.E., lo que implica la adopción de medidas eficaces para aumentar la riqueza productiva, mejorar la cualificación profesional de los trabajadores de forma continua y permanente, dictar normas que acrecienten la flexibilidad y mejoren todas las condiciones de trabajo, no solo los salarios, y, en definitiva, crear un marco de empleo que propicie un mercado de trabajo justo y equitativo, dominado por la mejora de la rentabilidad y la creación de riqueza.

N.B. El paro estructural en España supera cualquier magnitud razonable, pero si le unimos la deuda, el PIB decreciente, la inflación disparada, el déficit público, el gasto público descontrolado, la inseguridad jurídica y una recuperación renqueante, la incertidumbre que atenaza a los españoles se convertirá en una desgracia permanente, donde en primera fila estarán por mucho tiempo los millones de españoles en el paro.

Por otro lado, intentar solucionar el problema con el olvido es, como se está viendo, un disparate,  pero si, además, se disparan todos los demás asuntos enunciados, el desastre será insostenible, ya que, la recuperación económica y social de España entrará en un laberinto de salida imposible.

La postura inane tancredista no da solución a ningún problema, y, en España ya vamos sobrados de actitudes de quietud extrema, que solo llevan a la desesperanza.

Córdoba, a 1 de diciembre de 2021

Fdo. Enrique García Montoya

Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.

Pacto de Toledo – S. S. – Pensiones – IPC (historia de una desgracia)

Escribir sobre este asunto, es lo más parecido que conozco a pegarse un tiro en el pie, pues con seguridad, muchos están abducidos por una propaganda torticera pública y privada, otros simplemente están interesados por su propia situación de perceptores de una prestación, otros son políticos que solo buscan votos a cualquier precio y, finalmente, otros están convencidos de estar en posesión de la verdad. A pesar de ello, después de muchos años dedicado e implicado en la S. S., dentro y fuera, asumo la obligación de explicar mi opinión sobre un tema vidrioso y del que todos tienen formada una visión, que consideran acertada e indiscutible.

Al día de hoy, por la situación de ruina que arrastramos, es extremadamente delicado hablar del Pacto de Toledo y de sus últimos acuerdos, ya que, estando de acuerdo con su contenido (¿quién no puede estar de acuerdo con subir la pensiones y unirlas al IPC anual?), es imposible compartirlo, si se quiere ir a un Sistema de S. S. viable y posible, cosa, que no solo dice el que escribe, sino el B. de España, la Airef, la U. E., el FMI, y casi todos los expertos e instituciones, públicas y privadas, que conocen e informan sobre el tema.

En el Pacto de Toledo Gobierno y oposición han aprobado una “reforma profunda” de las pensiones (ruego perdonen el dislate), acordando anexar las pensiones al IPC y llevando a cabo un engaño masivo, que implica un aumento del gasto imposible de sostener, imponiendo un sistema con caída al vacío y hurtando a los españoles la realidad del fracaso de un modelo agotado y ruinoso.

El sistema no da más de sí, pero “todos los políticos sin exclusión” siguen empeñados en ocultar y solapar esta clamorosa realidad, porque en el electorado español son significativos más de 9 millones de pensionistas. Piensan, que el último es tonto de remate y lo demás les da igual (pan para hoy y hambre para mañana).

Ligar las pensiones al IPC es mantener un imposible y un ejercicio de demagogia disparatado. En España un tercio del gasto público se destina al pago de pensiones (160.000 millones en 2021), cifra que no hará más que aumentar, ya que, nuestro País presenta una tasa de esperanza de vida en crecimiento exponencial y una de natalidad en decrecimiento continuado.

Las pensiones en su estructura actual son insostenibles, diga lo que diga, el Pacto de Toledo, ya que, la población activa no podrá sostener un sistema atrabiliario y dislocado.

(Datos EPA. 3T. 2020. Población total: 47.329.981. Activos. Ocupados: 19.176.900 + Parados: 3.722.900 = 22.899.800. Pensiones: Octubre – 2020 – 9,77 millones, lo que implica que hay más de 9 millones de pensionistas).

Racionalmente, resulta admitido casi por unanimidad por todos los expertos, que el objetivo para mantener el sistema debería ser avanzar hacia un tipo contributivo, aunque la parte asistencial seguiría existiendo por imposición del artículo 41 de la C E., por lo que se precisaría, recuperar el factor de sostenibilidad, mejorar a los trabajadores que retrasen su jubilación, fomentar el ahorro privado con planes de empresa, abrir una cuenta de ahorro a largo plazo a los mayores de edad con cargo al Estado y, así, un largo etc. de medidas, que el Pacto de Toledo ha ignorado, haciendo un brindis al sol.

El Acuerdo del Pacto de Toledo, con su aprobación inexplicable de la realidad y complaciente con una temerosa alianza de todos contra todos y caiga quien caiga, se limita a engañar a los españoles, ya que, sí o sí, con lo aprobado, se está expoliando el ahorro conjunto de los activos para sufragar unas pensiones desfasadas, que impedirán sostener a sus perceptores futuros.

Finalmente, no se puede olvidar, que la Constitución Española establece en su artículo 41, “que los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán libres”.

Es por ello, que nadie pude obviar, que todos los españoles tienen derecho a unas prestaciones suficientes y que el desempleo, se quiera o no se quiera, esta dentro del Sistema de S. S., razón por la que cuando de habla de -gastos impropios-, que se quieren sacar de las cuentas de la S. S., entiendo que se está olvidando nuestra Carta Magna en estos supuestos.

El problema no está en subir las prestaciones cuando no se puede financieramente, sino que en España los recursos del Sistema de S. S. no se distribuyen en base al principio de igualdad constitucional (art. 14 C. E.), de forma, que entre la prestación por ejemplo, de una viuda/o y la prestación máxima de jubilación existe un abismo de desigualdad, y, no me sirve, que se diga, que la diferencia está en que se ha cotizado más al Sistema (aunque siempre con aportaciones topadas), ya que cuando la S. S. pasa a ser financiada con impuestos de todos los ciudadanos (en 2020 los prestamos del Estado han sido de 51.000 millones, sin hablar del déficit de la S. S. que será pagado siempre por el Estado),  ese argumento no sirve ni puede tener valor alguno.

N. B.  Creo, el acuerdo del Pacto de Toledo sobre las pensiones indexándolas al IPC es un disparate, aunque todos los políticos benefactores, a sabiendas, han creado a los españoles un buen sueño imaginario, tan bueno que nos lo podemos creer, es decir, la S. S. es un Ente maravilloso, que flota en el vacío de los gastos impropios, de los préstamos y de las transferencias del Estado benefactor inacabable.

Discutir una cosa tan buena, se presenta complicado, aunque todos los españoles perciben, que es un engaño y que la realidad es mucho más perversa, aunque, ¿quién se atreve con la verdad oficial, aplaudida por todos los políticos y todos los medios de comunicación buenistas de un bienestar necesario, según el Pacto de Toledo talismán indiscutible y oráculo de la verdad?

Sin embargo, el final desequilibrado está más cerca, así, que, o corregimos en rumbo, o cabalgamos hacia el desastre final. Es necesario volver a la realidad, pues, se diga lo que diga el Pacto de Toledo y sus voceros, no se podrá aguantar un gasto público alejado de la verdad, y, los ajustes llegarán impuestos por la U. E., por la simple razón, de que la Unión sabe que el sistema actual es inviable.

La S. S. no podrá seguir flotando en el vacío intemporal de su propia realidad deficitaria, razón por la que muchos esperamos, que la cordura y la responsabilidad vuelvan cuanto antes.

Córdoba, a 22 de noviembre de 2020

Fdo. Enrique García Montoya.

Abogado ICA-Córdoba. Inspector de Trabajo y S. S.